Hay lugares que parecen estar hechos para el amor. La Ciudad Monumental de Cáceres es uno de ellos. Cada piedra, cada arco y cada sombra guardan siglos de historia, y hoy también, los momentos más tiernos de Joaquín y Andrea.
Su preboda en Cáceres fue mucho más que una sesión de fotos: fue un paseo lleno de emociones por uno de los conjuntos históricos más bellos de España, donde el tiempo parece detenerse.
La Plaza de San Mateo: el corazón silencioso de la ciudad antigua
Comenzamos el recorrido en la Plaza de San Mateo, uno de los rincones más mágicos y tranquilos de Cáceres. Flanqueada por iglesias medievales, fachadas de piedra y escudos nobiliarios, esta plaza ofrece una atmósfera de recogimiento perfecta para iniciar una sesión íntima.
Aquí, entre los muros de la iglesia de San Mateo y el silencio de una mañana fresca, Joaquín y Andrea se miraban como si nada más existiera. Las texturas del suelo empedrado y los tonos cálidos de la piedra realzaban su complicidad.



Rumbo a San Jorge: escalinatas que elevan el alma (y el amor)
Desde San Mateo bajamos por las callejuelas estrechas, sin prisa. Cada esquina parecía esperarnos con una nueva oportunidad para capturar una emoción.
Pronto llegamos a uno de los escenarios más imponentes de la Ciudad Monumental: la Plaza de San Jorge. Allí, presidiendo la escena, se alza la iglesia de San Francisco Javier, con sus torres blancas contrastando con el cielo gris y sus escalinatas simétricas guiando la vista hacia el altar.
Este lugar no solo impresiona por su arquitectura. También emociona. Joaquín y Andrea lo sintieron así. En la parte baja de las escaleras, se fundieron en un abrazo que fue puro cine. En lo alto, de espaldas al mundo, sellaron su momento con un beso.
Las escalinatas de San Jorge son un escenario que impone, pero también invita a jugar con las perspectivas, con la luz y con la emoción.




Calles con historia: donde cada paso cuenta
La sesión continuó entre los callejones que conectan San Jorge con la zona baja de la ciudad antigua. Pasamos por rincones que parecen detenidos en el siglo XV: muros cubiertos de musgo, puertas de madera maciza, ventanas con rejas forjadas.
En uno de esos tramos, entre susurros y risas, Joaquín y Andrea se detuvieron junto a una pared de piedra que enmarcó un momento de pura ternura. A veces, no hace falta decir nada: solo estar.


El rincón más romántico de Cáceres: la buganvilla junto a la Taberna Sir Lancelot
Y entonces, como una sorpresa final, apareció ella: la buganvilla en flor, estallando en tonos fucsia sobre la piedra antigua, justo al lado de la conocida Taberna Sir Lancelot.
Este rincón es un tesoro oculto. Un lugar donde la piedra medieval se encuentra con la naturaleza en su versión más viva y colorida. Allí, entre flores, Joaquín y Andrea se sentaron en las escaleras y se dedicaron un momento de calma. Fue uno de los lugares donde más se olvidaron de la cámara. Donde solo fueron ellos dos.
Las flores caían sobre los escalones como confeti natural, y cada foto fue una postal. Una declaración de amor entre historia, color y serenidad.




Cáceres: el mejor cómplice
Si estás pensando en hacer tu sesión preboda y no sabes dónde, la Ciudad Monumental de Cáceres es un escenario de película. No solo ofrece belleza visual, sino también una atmósfera única que convierte cada fotografía en un recuerdo atemporal.
