
Elegir un lugar donde celebrar la alegría, los pequeños gestos, las emociones, los abrazos auténticos, las palabras genuinas... Un niño con un coche nuevo, una comida extraordinaria y una compañía agradable... la vida inspira. Y no hablamos de otra cosa que lo que aconteció una tarde, muy cerca de Navalmoral de la Mata, donde dos personas se dieron el “sí” acompañados de una mirada color azabache o de lo mejor de sus vidas, su hijo Nico.
Cuando hablamos con Leticia y Christian y nos comentaron que celebrarían su boda civil en la Finca El Cotillo, sabíamos que era un lugar en el que veríamos el atardecer reflejado en las copas de vino, y es que, la finca cuenta con una ubicación y un verde increíble que hace que estar allí, rodeados de naturaleza y viendo cómo se pone el sol, sea una experiencia mística.
Si le sumamos todo el amor que recibieron ese día, la manera en que se miraron y todo lo que disfrutaron, sale una mezcla brutal de sentimientos y emociones difícil de olvidar.
Por la noche, bajo las estrellas y con la mejor música, todo lo vivido parecía haber sido un sueño por lo rápido que acontece; las palabras de una amiga y una hermana, los consejos de la abuela querida, Nico riéndose con el abuelo o tirando piedras... Después de la cena se instaló una mesa de dulces caseros, saltaron chispas de manera literal a modo de sorpresa para los novios y bailaron todos bajo un cielo despejado y una noche cálida. Aquí es cuando pensamos: “Qué maravilloso sería... volver otra vez”.
COMPARTE ESTA HISTORIA